domingo, 30 de junio de 2013

¿Crecimiento a tasas chinas o trampa de las tazas chinas?



 Uno de los recursos más comunes en la caja de herramientas retóricas del gobierno kirchnerista (y sus defensores) es el recordatorio de que durante su reinado, la economía argentina creció "a tasas chinas". Pero si algo hemos aprendido con el tiempo en el mundo es que hay que tener un constante escepticismo ante el poder. Así que cuestionémonos un par de cosas.

1. ¿Es crecer necesariamente mejorar?

2. ¿Realmente creció Argentina?

Primero, ¿a qué le llamamos 'crecer'? Básicamente a que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca un año en comparación con el anterior. ¿Qué es el PIB? Es una medida monetaria de la producción de bienes y servicios de un territorio X (un país) durante un tiempo Y (un año). Pero olvídense de las Xs y la Ys y atiendan a 'producción' y 'monetaria', porque ahí está la trampa. El PIB sólo mide producción, pero no mide destrucción. No registra si esos bienes son captados y malgastados por entidades estatales y para-estatales, mucho menos lo que se deja de invertir o de capitalizar. Tampoco distingue entre producción de bienes y producción de riqueza. El PIB puede crecer si haces una producción extraordinaria en un sector a costa de otros sectores y/o de otras oportunidades. Por sí solo, es un buen medidor de bienestar económico insuficiente, imperfecto. Los políticos de todo el mundo han comenzado a calibrar las virtudes de sus políticas públicas basándose en este único indicador. Esto es, en el mejor de los casos, un error, y en el peor una estafa.

Para ilustrarlo hago algunas preguntas:
¿Qué es mejor, $10 millones gastados en construir una prisión, o la misma cantidad gastada en producir una línea de smartphones? ¿Se genera riqueza talando indiscriminadamente una selva completa, sin posibilidad de recuperación, para producir $10 millones en leña? ¿Es productiva una tormenta que implique $10 millones en reparaciones?
El PIB sólo te muestra la cantidad de producción. No te muestra ni la calidad ni la dispersión de esa producción, mucho menos si ese producto es considerado riqueza. Que suba el PIB no significa que se esté creando un país mejor.

Para continuar la estafa, el crecimiento se mide en % de alza del PIB. Por ejemplo, de un año a otro sube un 8%, y decimos que eso fue lo que crecimos. Pero esto es una falacia doble. En primer lugar porque tal 'crecimiento' se mide en valores nominales, no reales. El dinero tiene varios 'valores' diferentes. Uno es el que dice el Estado que tiene (valor nominal) y otro es el que se mide en la cantidad de bienes y servicios que puede comprar (valor real). Pero todos sabemos que un peso de 1916 era extraordinariamente superior en valor a un peso del 2013. Es necesario tener en cuenta factores como devaluaciones e inflación.

El otro lado de la falacia es no considerar en lo más mínimo la Frontera de Posibilidades de Corrupción (FPP) que vendría a ser el punto histórico más alto de PIB real. En este sentido, el crecimiento propiamente dicho sólo puede entenderse como la expansión la FPP. Si este medidor no avanza no se puede puede decir con sinceridad que se haya crecido. Se puede decir que hubo recuperación, pero nunca crecimiento. Por eso el "crecimiento a tasas chinas" es una farsa de principio a fin. Porque llama crecimiento a la recuperación y sólo lo disfraza mostrando el valor del PIB con valores normales.

Si queremos ver cuánto creció Argentina esta década o más, es importante ajustar el valor del peso al de algún bien que haya perdido poco o nada su valor. Daniel Heymann, economista y ex jefe de la CEPAL, dio una exposición sobre macroeconomía argentina en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires en la que mostró la imagen que encabeza el post. El gráfico muestra el PBI en valores reales desde 1970 hasta 2009, pero midiendo no pesos de hoy sino en dólares del 2000.

El gráfico es cortesía de Punto de Vista Económico. Heymann es algo generoso, considerando que no hizo la medición ni en oro (que ha preservado mucho su valor) ni en el dólar más valioso de la Historia (que no es el del 2000). Y aún así se ve claramente lo que traté de explicar más arriba: ... crecimiento ninguno, sólo bastante recuperación. Lamentablemente los datos sólo llegan hasta el 2009. Viendo el desarrollo post-elecciones del 2011, me parece que el cuadro será aún peor.

Por supuesto, ningún gráfico mostrará la realidad de cada momento, y tomando en cuenta lo anterior es importante ver que producir mucho no es solución de nada. A lo que sí nos ayuda es a recordar que no es lo mismo 'crecer' con un peso devaluado que 'crecer' con un peso más fuerte. Y tampoco podemos olvidar que elevar el PIB es necesariamente mejorar. La triste realidad que nos rodea luego de una década de "crecimiento a tasas chinas" debería ser suficiente sospecha incluso para el menos informado. Argentina sigue siendo un país tercermundista y lo seguirá siendo hasta que su clase dirigente política libere a su economía. Hoy la siguen teniendo de rehén.

¿Quieren ver dónde sí se logró un indiscutible crecimiento? En las villas.

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